(FOTO: HOSPITAL GETAFE.-) La directora general de Humanización, Atención y Seguridad del Paciente, Celia García Menéndez, ha visitado este jueves la Unidad AMI-TEA (Programa para la Atención Médica a personas con Trastornos del Espectro Autista, TEA) del Hospital Universitario de Getafe, perteneciente a la sanidad pública de la Comunidad de Madrid, con motivo del Día Internacional de Concienciación sobre esta patología.
Los profesionales de AMI-TEA-Getafe han explicado cómo trabaja este programa que ofrece una atención óptima, integral e igualitaria a los pacientes, teniendo en cuenta las peculiaridades derivadas de la patología y lo que suponen en la relación con el ambiente sanitario-asistencial.
El programa AMITEA-Getafe ha atendido a más de 260 pacientes desde su puesta en marcha en mayo de 2023 y ha realizado más de 1.800 actuaciones médicas y de Enfermería (consultas, pruebas e interconsultas a otras especialidades). La Unidad, dependiente del Servicio de Psiquiatría, trabaja para adaptar los circuitos, instalaciones y profesionales a estos pacientes de los que el 24% son mayores de 18 años y el 76% de tipo infantil y adolescente.
Los objetivos del programa son evaluar las necesidades médicas de las personas con TEA, coordinar y gestionar la atención médica especializada en el Hospital, atender las comorbilidades médicas de estos pacientes y coordinar la atención con los servicios de Atención Primaria y Salud Mental que corresponden al paciente.
El equipo multidisciplinar de AMI-TEA Getafe, que está constituido por un psiquiatra y una enfermera especialista en Salud Mental, presta asistencia y apoyo en la relación de la persona con TEA con su entorno y el medio sanitario facilitando la gestión de las citas, reduciendo los tiempos de espera y, si fuese necesario, realizando acompañamientos durante la atención clínica.
La población con TEA suele presentar una serie de síntomas que pueden complicar su relación con el sistema sanitario, entre los cuales podemos encontrar dificultades de comunicación (ausencia o limitación del lenguaje oral y problemas en comunicación no verbal), dificultades en la interacción social, dificultades sensoriales, inflexibilidad y conductas repetitivas, discapacidad intelectual en un alto porcentaje de casos y limitaciones en la autonomía del cuidado personal que pueden condicionar hábitos de vida no saludables.