La parroquia de San Sebastián de Getafe ha acogido este domingo la renovación del voto a San Sebastián, con la asistencia de la alcaldesa Sara Hernández, una tradición que se remonta en esta localidad a 1398 con el objetivo de erradicar la epidemia de peste que asolaba el municipio.
El acto, organizado por la asociación cultural ‘Nueva Gran Piña’ en colaboración con el Ayuntamiento y la Diócesis de Getafe, ha consistido en que una persona elegida para la renovación del voto ha pedido al santo para que, al igual que hizo con la peste, libre al pueblo de las guerras, catástrofes, crisis económicas y “de todo aquello que conturbe el ánimo de la sociedad”.
Además, se ha celebrado una misa y se ha relizado la bendición de pan, queso y vino, que luego se ofreció a los asistentes como hecho que, en la tradición medieval, reunía a los pobres de solemnidad al finalizar el acto litúrgico.
La recuperación de esta tradición se basa en los datos obtenidos en las ‘Relaciones Histórico Geográficas de los Pueblos de España’, ordenadas por Felipe II en 1575, en las que aparece que en Getafe hubo una epidemia de peste en el siglo XIV “por la que murió una gran cantidad de gente y antes hubo una gran hambruna debido a una pertinaz sequía, en la que no se podía encontrar trigo”.
La población de Getafe, que era de unos 1.300 habitantes, sin saber qué hacer con aquella terrible enfermedad acudió a la protección de San Sebastián, cuya festividad se celebra el 20 de enero, y le prometieron “ermita, cabildo y cofradía, además de no comer grosura en la víspera”.
El culto a San Sebastián como protector contra la peste data del año 680 cuando la ciudad de Roma estaba infectada de esta epidemia y los ciudadanos construyeron un altar con la imagen del santo en la Basílica de San Pedro.