El Ayuntamiento licita un servicio para evitar que la población de conejos se asiente en zona urbana o periurbana
El Ayuntamiento evitará que la población de conejos se asiente en la zona urbana o periurbana de Getafe, a través de la adjudicación de un servicio de captura mediante el empleo de hurones adiestrados y capillos o cualquier otro medio de demostrada eficacia.
Según el expediente de contratación al que ha tenido acceso El Periódico de Getafe, se empleará uno u otro método en función de las necesidades y siempre previa comunicación y autorización de la Administración competente.
La captura se realizará en vivo, “pero deben ser sacrificadas quedando expresamente prohibido su traslado en vivo, su puesta en libertad y su comercialización”. Se deberá de cumplir con los requisitos/autorizaciones que establezca la administración competente. Por otra parte, los animales utilizados en las capturas deberán de estar debidamente documentados.
De los ejemplares capturados se realizará entrega de un número a determinar por la Consejería de Medio Ambiente en colaboración con la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Los animales “deberán ser entregados frescos o congelados y sin eviscerar para su posterior análisis y diagnóstico sanitario”. Además, se destruirán las madrigueras que se observen durante la captura.
Por último, el contratista se hará cargo del transporte, eliminación de cadáveres, así como cualquier pauta que se haya establecido en la autorización por parte de la Comunidad de Madrid o que se haya requerido por la unidad administrativa de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Getafe.
La sobrepoblación de conejos tiene como consecuencia daños en plantaciones de flores, arbustos, sistemas de riego e instalaciones de parques y zonas verdes, presencia de excrementos en áreas infantiles, praderas y zonas de descanso, posibles riesgos para el tráfico por el paso de los animales, además del problema sanitario que supone como medida de prevención y control del brote de leishmania en humanos.
El contratista llevará a cabo un diagnóstico de la situación inicial en la que se encuentra la población de conejos, que deberá de ser cada año revisada, estudiando la disminución, avance de la población, así como las zonas de actuación prioritaria. Todo ello deberá ser indicado en mapas de situación con el objeto de detectar, evaluar y estimar la población y su distribución, incluyendo también los factores que favorecen su proliferación en todas las áreas de actuación.