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Foto: (Alex Castellano) |
En las partículas PM2,5 es el quinto día de este mes que ocurre, aunque el valor límite para la protección de la salud está situado en 25 microgramos por metro cúbico, ya que pueden penetrar hasta las partes más profundas del pulmón y pasar a la sangre, por lo que resultan especialmente nocivas. En el caso de las partículas PM10 el límite para la protección a la salud es de 50 microgramos por metro cúbico.
Las partículas en suspensión constituyen un contaminante atmosférico procedente tanto de fuentes naturales (tormentas de arena, erupciones volcánicas, incendios forestales, etc.) como de la actividad humana (tráfico, especialmente vehículos diésel, incineradoras, calefacciones de carbón, minería o procesos industriales).
Las elevadas concentraciones de partículas en suspensión pueden provocar disminución de la función pulmonar, desencadenar una crisis asmática en las personas que padecen esta enfermedad o empeorar la situación clínica de los pacientes con problemas respiratorios o cardíacos, aumentando el número de urgencias e ingresos hospitalarios.