Soler denunciará a Marjaliza por calumnias y atentar contra su honor tras declarar que le pagó vacaciones
Soler ha afirmado que no conoce a Marjaliza y que, “con estas acusaciones falsas, lo único que pretende es librarse de la pena que le puede corresponder por encabezar, supuestamente, una trama corrupta”.
El portavoz del PP ha afirmado que sus vacaciones siempre se las ha pagado él y que pondrá a disposición de la justicia las facturas y comprobantes de todos los viajes personales que realizó durante su etapa como alcalde de Getafe.
Soler ya explicó en su momento que, “en el marco de la actividad normal de trabajo municipal, fue invitado por GDF SUEZ a viajes de trabajo de cortísima duración (de entre 24 y 48 horas)”.
Además, el PP de Getafe ha recordado que, en la anterior legislatura, Cofely “no ganó ninguno de los grandes concursos a los que se presentó y que los escasos contratos rubricados con esa firma, la mayoría heredados de la anterior Administración, fueron de una cuantía económica muy reducida, contaron con todos los avales administrativos y fueron refrendados por el Pleno municipal, como fue el caso, por ejemplo, de la sustitución de la caldera del colegio público Rosalía de Castro”.
El senador, diputado de la Asamblea de Madrid y portavoz del PP de Getafe, Juan Soler, ha anunciado este martes que denunciará al presunto cerebro de la Púnica, David Marjaliza, por un delito de calumnias y otro por atentar contra su honor, “después de las difamaciones vertidas” tras declarar ante el juez Eloy Velasco que le pagó vacaciones por valor de 3.000 euros a cambio de adjudicaciones a sus empresas durante su etapa como alcalde de Getafe.
El portavoz del PP ha afirmado que sus vacaciones siempre se las ha pagado él y que pondrá a disposición de la justicia las facturas y comprobantes de todos los viajes personales que realizó durante su etapa como alcalde de Getafe.
Además, el PP de Getafe ha recordado que, en la anterior legislatura, Cofely “no ganó ninguno de los grandes concursos a los que se presentó y que los escasos contratos rubricados con esa firma, la mayoría heredados de la anterior Administración, fueron de una cuantía económica muy reducida, contaron con todos los avales administrativos y fueron refrendados por el Pleno municipal, como fue el caso, por ejemplo, de la sustitución de la caldera del colegio público Rosalía de Castro”.