El Ayuntamiento no retomará el proyecto de reforma de la galería comercial La Alhóndiga abandonada hace 20 años
El Ayuntamiento de Getafe no retomará el proyecto de reforma de la galería de alimentación La Alhóndiga, abandonada hace 20 años en la calle Estudiantes, y que guardó el anterior Gobierno municipal al no poder cofinanciarlo con fondos de la Unión Europea correspondientes a un plan de regeneración integral del barrio de La Alhóndiga.
Al respecto, la alcaldesa Sara Hernández ha manifestado que apuestan por las galerías comerciales, pero se dedicarán a fortalecer las que están abiertas para que no cierren, ya que “son fundamentales y hay que implicarlas con actividades culturales y sociales para que sean un foco de atracción y la ciudadanía las conozca”.
“No vamos a permanecer al margen ni vamos a mirar hacia otro lado ante galerías comerciales que están muriendo cada día, por lo que tenemos que inyectarles la ilusión y los medios necesarios para que estén, como mínimo, a la altura de la galería Lope de Vega, que es un ejemplo a seguir”, ha agregado.
El Ayuntamiento de Getafe canceló el proyecto hace cuatro meses tras sacar las obras a concurso por 500.000 euros, por lo que el entonces concejal de Hacienda, Fernando Lázaro, anunció que se tendría que llevar a cabo con financiación municipal al no cumplir los requisitos para incluirlo en el programa europeo de regeneración del barrio de La Alhóndiga.
La galería tiene una superficie de 563 metros cuadrados, dividida en planta baja y sótano, con dos accesos por la calle Estudiantes y la calle Leganés en los bajos de un edificio residencial construido a finales de los años 60.
Las idea era dotar a las instalaciones de nuevos espacios y servicios imprescindibles para la implantación de un vivero de oficios compuesto por varios puestos comerciales fijos y otros adosados, junto con carros ambulantes.
También se contemplaba un espacio diáfano multiusos para el desarrollo de ferias, presentaciones u otro tipo de acontecimientos con el objetivo de ofrecer a los comerciantes un nuevo espacio de intercambio y de desarrollo para el fomento del empleo y la dinamización del barrio.
Además, y a fin de albergar el vivero de oficios, se habían previsto puestos planteados como unidades comerciales. Los de mayor tamaño dispondrían de un área que puede cerrarse mediante un cerramiento ligero de lona enrollable, mientras que el segundo tipo de puesto sería un armario adosado que se desplegaría albergando en el interior un punto de venta donde poder despachar y vender productos.