Luis de Velasco (UPyD): “Para eliminar la corrupción hay que enfrentarse a intereses muy poderosos”
Álex Castellano
El portavoz de UPyD en la Asamblea de Madrid, Luis de Velasco, ha asegurado durante la charla-coloquio “Luchar contra la corrupción, volver a confiar en las instituciones”, celebrada en el centro cívico San Isidro, que “para eliminar la corrupción hay que enfrentarse a intereses muy poderosos”.
Según Luis de Velasco, un paso esencial “para que se reduzca el actual desprestigio que sufre la política en España es que los políticos traten de ser ejemplares”.
De Velasco ha afirmado que para que funcione bien un país “las instituciones deben ser también ejemplares, transparentes y respetadas”, ya que la corrupción no solo produce “daño político sino también daño a la sociedad, porque ahora muchos de los corruptos quedan impunes, y daño económico, porque hay un dinero mal utilizado, que además es de todos”.
En su opinión, para intentar eliminarla “o al menos reducirla”, es indispensable que haya “voluntad política y ganas de enfrentarse a intereses muy poderosos”.
También ha intervenido en el acto el diputado autonómico y responsable de Instituciones de UPyD, Ramón Marcos, quien ha definido como corrupción todo aquello que suponga “aprovecharse de lo público para obtener un beneficio privado, incluso aunque no suponga delito”.
Para combatirla ha propuesto diversas medidas, entre las que destacan “intentar caminar hacia una administración profesionalizada, mejorar la normativa en contratación pública y aumentar su transparencia, establecer una independencia real de la justicia y de los órganos de control, y mejorar el control sobre la financiación de los partidos políticos”.
Por último, la portavoz de UPyD en el Ayuntamiento de Getafe, Esperanza Fernández, ha criticado la “falta de moral pública” de algunos dirigentes y ha recordado el ejemplo de un exconcejal de Getafe que aseguraba que ciertas actuaciones de su Gobierno “no son éticas pero sí legales”.
Además, ha achacado parte de la corrupción a la necesidad de los partidos políticos tradicionales de “alimentar enormes estructuras partidarias”.