El coronel de la Base Aérea renovará el voto a San Sebastián, que data el siglo XIV por una epidemia de peste
Álex Castellano
El coronel jefe de la Base Aérea de Getafe, Ramón Llovera, será el encargado el próximo 19 de enero de renovar el voto a San Sebastián, una costumbre que se remonta en la localidad a 1398 con el objetivo de erradicar la epidemia de peste que asolaba el municipio, y que hace varios años se recuperó a través de una asociación cultural de Getafe.
El acto, organizado por el Ayuntamiento y la asociación cultural ‘Nueva Gran Piña’ tendrá lugar a las 13 horas en la parroquia de San Sebastián, donde el elegido para la renovación del voto por una comisión delegada del alcalde de Getafe, en este caso el coronel de la Base Aérea, pedirá al santo para que, al igual que hizo con la peste, libre al pueblo de las guerras, catástrofes, crisis económicas y “de todo aquello que conturbe el ánimo de la sociedad”.
Además, se celebrará una misa, oficiada por el obispo auxiliar de Getafe, José Rico, y cantada por la Agrupación Iérbola, acompañada del grupo de dulzaineros de la Casa de Castilla y León, en la que se va a bendecir el pan, el queso y el vino, que luego se ofrece a los asistentes como hecho que, en la tradición medieval, reunía a los pobres de solemnidad al finalizar el acto litúrgico.
La recuperación de esta tradición se basa en los datos obtenidos en las ‘Relaciones Histórico Geográficas de los Pueblos de España’, ordenadas por Felipe II en 1575, en la que aparece que en Getafe hubo una epidemia de peste en el siglo XIV “por la que murió una gran cantidad de gente y antes hubo una gran hambruna debido a una pertinaz sequía, en la que no se podía encontrar trigo”.
La población de Getafe, que era de unos 1.300 habitantes, sin saber qué hacer con aquella terrible enfermedad acudió a la protección de San Sebastián, cuya festividad se celebra el 20 de enero y le prometieron “ermita, cabildo y cofradía, además de no comer grosura en la víspera”.
El culto a San Sebastián como protector contra la peste data del año 680 cuando la ciudad de Roma estaba infectada de esta epidemia y los ciudadanos construyeron un altar con la imagen del santo en la Basílica de San Pedro.